jueves, 26 de diciembre de 2013

MI PADRE, MI HÉROE

Si te preguntaran... ¿quién es tu héroe?, ¿a quién admiras por encima de muchas personas?...seguramente las respuestas de muchos sorprenderían; otras, nada. Probablemente, en tono serio, salieran a relucir personalidades políticas (Mandela); empresarios de éxito (Jobs), aunque éste tenía alergia al jabón; deportistas...Yo, que ya he entrado en los 40, y que por desgracia ya he vivido más experiencias que muchos con 80, reafirmo que mi héroe, la persona más grande del mundo, es... mi padre.

¿Es amor filial? ¡Claro! ¿Qué hijo no quiere a su padre? Y viceversa. Y me permitiréis que os exponga razones, motivos, por los que elevo a mi padre a categoría de héroe.

Siguiendo con el ejemplo de Jobs. mi padre no es ningún gurú de la informática. Tampoco quizás sea el gran empresario que fue Ramón Areces, fundador de El Corte Inglés, o Amancio Ortega, pero sí ha trabajado durante medio siglo en una pequeña empresa, un colegio, codo a codo con su cuñado, mi tío; procurando trabajo de manera honrada a 15 familias. Trabajador intachable, e infatigable; que hasta los domingos estaba al pie del cañón atendiendo a los padres de los alumnos del colegio. De él he aprendido la grandeza que supone ser honrado. Y que vale más caminar por la calle, por tu calle, y que te saluden con un ¡Buenos días Don José!, aunque no seas millonario, que tenerlos y caminar con la cabeza gacha.

Nada me gustaría más que ser como tú de mayor. El problema es que has puesto el listón alto, muy alto.

Es mi padre mi héroe porque ante la adversidad siempre ha sabido levantarse, y caminar. Porque admiro su entereza ante la vida. Porque siempre has tenido una sonrisa para tu mujer, para tus hijos, para toda tu familia y amigos, incluso en los momentos más amargos. Porque con la tristeza de haber perdido a un hijo -a mi querido hermano Paco- sacaste fuerza de flaqueza para que tus nietos rieran contigo en verano en ese viaje tan especial a París, caminando sin parar, empujando un carrito o llevando a hombros a Héctor.
¿Cómo no vas a ser mi héroe si tienes más fuerza vital que un chaval de 30 años, que a tus setenta y... aún coges carretera y manta y haces por enésima vez el Camino de Santiago?

Gracias papá por enseñarme que en la vida, aunque con mano izquierda, algunas veces es bueno poner la otra mejilla. Gracias por dejarnos a tus hijos un legado de honradez, humildad y sencillez ante la vida. Gracias por enseñarme a compartir, con el que está al lado, y también con el que no vemos. Gracias por ayudarme a crear -y sentir- una familia. Gracias por todo lo que me has dado; y, sobretodo, por lo que no me has dado, evitando ser caprichoso. Gracias por ser como eres y por habernos educado -con sentido cristiano- en este sentido. Gracias, gracias y gracias.

Hoy, que cumples setenta y...,siendo también tu aniversario de boda y que celebras en la intimidad de tu corazón, te quiero dedicar este post para decir alto, y muy fuerte, que mi padre no sólo es el mejor padre del mundo, sino la mejor persona. Y de la misma manera, cuando me despido de ti cuando te llamo por teléfono, te digo: "Papá, te quiero muchísimo".

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